Es un juego donde se despliegan las habilidades de quien intenta hacer bailar el trompo.
Armonía, belleza, fineza de movimientos, sincronicidad, estilo, todo se conjuga en el jugar con el trompo.
Realizarlo, encierra la magia del aprender a andar en bicicleta, a hacer un globo con la goma de mascar.
Las explicaciones no alcanzan, quedan muy libradas a la generosidad de quien lo enseña, de impregnar al aprendíz de su energía para así sortear el misterio del "cómo" técnico y lograrlo.
Requiere entrega, paciencia, confiar en quien nos explica la técnica...
y lanzarse a la experiencia.
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