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lunes, 10 de agosto de 2009

Estudio de la teoria de la adicción a los carbohidratos


por Alejandro Vasquez Echeverria - Facultad dePsicología - Udelar

INTRODUCCION

Ante nuestros ojos puede resultar muy extraño que algunos carbohidratos puedan ser adictivos y dañinos para nuestro cuerpo. Pero no en la Grecia clásica, ni en las antiguas culturas de Medio Oriente donde el azúcar recién se estaba introduciendo en su alimentación. Por ese entonces, esta droga se manipulaba en dosis muy pequeñas y se utilizaba para fines específicos (especialmente para curar enfermedades). En Grecia, al azúcar se la consideraba con un efecto tanto o mayor que el del opio. Más de 2000 años después esta creencia cobrara otro sentido[i].

Estas divergencias, que pueden salir a la luz gracias a este análisis transcultural e histórico, se deben a que el concepto droga es un constructo esencialmente cultural. Cada cultura, en cada momento de su historia determina que es una “droga” y que no lo es. Las sociedades definen, por medio de sus instituciones cuales serán sustancias ilegales o legales; socialmente sancionadas o aceptadas. La ciencia y el analizador dinero hoy en día tienen un importante rol que jugar.

A este respecto, Eira y Gil (2000) entienden a la “Droga” como “dispositivo” en el cual, cada sustancia adquirirá una significación contextual especifica y al cual se atribuirán sentidos sociales y económicos específicos. En nuestro caso, los carbohidratos refinados han quedado fuera de este dispositivo (en tanto no son sustancias socialmente sancionadas; en cambio, están inscritas dentro de otra lógica), pero no en el de otras culturas.

LA ADICCION A LOS HIDRATOS DE CARBONO

Antes de comenzar a analizar los modelos adictivos presentados en el ámbito científico sobre el tema que nos cita, creo necesario precisar a que se hace referencia cuando se habla de carbohidratos.

Los carbohidratos son una amplia gama de compuestos orgánicos (azúcares, almidones, celulosas y gomas) que se generan como producto de la fotosíntesis y contienen en cantidades similares tanto carbono, hidrógeno y oxigeno. Su principal función es suministrarle energía al cuerpo y muy especialmente al cerebro y al sistema nervioso central (SNC) a través de la glucosa (sustancia producto de la descomposición que hace el cuerpo de los azúcares y almidones).

Esta categoría de alimentos es muy amplia y heterogénea y puede dividirse en tres tipos: a)los carbohidratos complejos. Estos son una buena fuente de minerales, vitaminas y fibras. Pueden encontrase en los cereales, harinas vegetales, legumbres, arroz y pastas; b) los carbohidratos simples. Estos también contienen vitaminas y minerales y se encuentran en las frutas, la leche y derivados y en las verduras; y por ultimo, c) los carbohidratos simples refinados (CSR), los cuales carecen por completo de minerales, vitaminas o fibras y solo suministran calorías. Se encuentran en los dulces, el azúcar refinada (o de mesa), los jarabes (sin incluir los naturales), las bebidas carbonatadas y las harinas muy refinadas. Es en este ultimo grupo de carbohidratos donde se ha encontrado un efecto psicoactivo.

La heterogeneidad de esta categoría de alimentos por lo general conduce a errores. Son sólo los CSR en donde se presenta un efecto adictivo (según los Wurtmans) y, según Hoebel y cols., solo en el azúcar. Por esto, el lector debe recordar bien esta aclaración.

Los diversos modelos explicativos

La teoría de que los carbohidratos refinados son adictivos fue propuesta por primera vez en los 70s R.J. Wurtman y Fernstrom (Ottley, 2000), investigadores del Departamento de Neurociencias del MIT. Posteriormente el mismo R. Wurtman junto con J.J. Wurtman continuaron trabajándola.

Ellos notaron que el consumo de algunos carbohidratos estaba regulado de manera independiente al consumo de calorías. Investigando, advirtieron como muchas mujeres que sufrían del Trastorno Disfórico Premenstrual (TDP) comían compulsivamente chocolates y otros productos con azúcar y CSR. J. Wurtman (citada por Halber, 2000: en red) señalaba lo siguiente “Apparently, women are using carbohydrate-rich food like a drug”. Pero, para su sorpresa, el uso de carbohidratos como droga no se limitaba solo al TDP:

This tendency to use certain foods as though they were drugs is a frequent cause of weight gain, and can also be seen in patients who become fat when exposed to stress, or in women with premenstrual syndrome, or in patients with "winter depression," or in people who are attempting to give up smoking. (Nicotine, like dietary carbohydrates, increases brain serotonin secretion; nicotine withdrawal has the opposite effect.) It also occurs in patients with normal-weight bulimia.[ii] (Wurtman y Wurtman, 1995: 477)

Según estos investigadores la propiedad distintiva que convierte en adictivos a los CSR esta en su efecto sobre la neurotransmision y específicamente sobre la serotonina y su precursor, el triptofano. El mecanismo es el siguiente.

Cuando una persona consume carbohidratos se estimula la secreción de insulina lo cual promueve la captura por parte de los músculos de la mayoría de los aminoácidos, excepto del triptofano. Es así que los niveles en sangre del triptofano se ven incambiados con la ingesta de carbohidratos pero no en su proporción. El porcentaje del triptofano sobre el total de aminoácidos disponibles en sangre, aumenta en proporción directa a la ingesta de CSR. Dado que el triptofano compite con otros aminoácidos en su pasaje por la barrera al cerebro, la secreción de serotonina se ve sobreestimulada por la cuantiosa presencia de su precursor (Wurtman y Wurtman, 1989: 73 y sigs.)

Entonces, una vez que se produce el consumo, las hendiduras sinápticas se ven repletas de estos neurotransmisores y la persona comienza a sentirse mejor (el efecto de euforia, aunque de menores magnitudes si lo comparamos con otras sustancias psicoactivas), tal como sucede en el caso del consumo de cocaína y otras drogas de abuso. En virtud de esta sobreexistencia de neurotransmisores se produce una autorregulación por la que se envía la señal para dejar de producirlos. Así se genera una cadena en que se rompe con el natural equilibrio de la producción y sea constante la necesidad de carbohidratos para llegar al nivel anterior (Vélez de León, 2003). Esta autorregulación puede ser explicada según Bernstein (1998) aplicando los principios de la “Teoría homeostática de la adicción bioquímica”. Según ella, el cerebro intentara compensar la prolongada presencia de ciertos neurotransmisores mediante la disminución de sus efectos o asumiéndolos como constantes en la actividad cerebral. De este modo, en el caso de la adicción a los carbohidratos el cerebro intenta compensar esta artificial presencia de neurotransmisores disminuyendo su producción normal o disminuyendo la sensibilidad de los receptores post-sinápticos. Es así que se desarrolla la “tolerancia”, donde cada vez se necesita mas cantidad de CRS para sentir el mismo efecto.

La serotonina es uno de los neurotransmisores que más se ve afectado en la Depresión. Además, está directamente vinculado con la inducción del sueño, la percepción del dolor y el humor en general. Estas propiedades de la serotonina le permitieron a Wurtman y Wurtman (1989) relacionar y comprobar su teoría con indicadores extraídos de patologías también asociadas con ese neurotransmisor, como ser el Trastorno Disfórico Premenstrual o la Depresión Invernal (o Trastorno Afectivo de Estación). -continúa- ver en el enlace.-

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